20 de julio de 2013

Efectos estroboscópicos

El estroboscopio es un instrumento inventado por el matemático e inventor austríaco Simon von Stampfer hacia 1829, que permite visualizar un objeto que está girando como si estuviera inmóvil o girando muy lentamente. Este principio es usado para el estudio de objetos en rotación o vibración, como las partes de máquinas y las cuerdas vibratorias

Así, cuando un objeto no puede ser visto si no es con esta iluminación destellante, cuando la frecuencia de los destellos se aproxima a la frecuencia de paso del objeto ante el observador, éste lo vera moverse lentamente, hacia adelante o hacia atrás según que la frecuencia de los destellos sea, respectivamente, inferior o superior a la de paso del objeto.


 

¿Sólo se pueden ver efectos estroboscópicos en máquinas en rotación? por supuesto que no, uno de las mas conocidos es cuando se aplica sobre un chorro de agua, como se peude observar en algunos cortes del siguiente video:


No obstante uno de los mas curiosos es el efecto que han ideado para mostrar cómo el sonido y una determinada frecuencia de grabación (que llamamos frames por segundo, o FPS) pueden ajustarse para parecer que un chorro continuo de agua se tuerce, se dobla, ¡e incluso asciende!

1 de julio de 2013

Crisis de Ciencia: El ‘café para todos’ en ciencia puede ser más eficaz que dar el dinero a los mejores

Interesante reflexión sobre el futuro de la ciencia, no sólo en nuestro país, si no en su forma de valorarse y promoverse.


Un artículo sugiere que financiar muchos proyectos de calidad media da mejores resultados que concentrar el dinero en unos pocos excelentes

Artículo de David Mediavilla - desde Materia.



“A todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”, escribía el evangelista Mateo en su parábola de los talentos. Y también se encuentran frases similares en los textos bíblicos de Lucas y Marcos. Estos tres influyentes escritores son una muestra de que la idea de apostar por la excelencia no es nueva. Más recientemente, Carmen Vela, secretaria de Estado de I+D+i, transmitía en un artículo de Nature una idea similar: “Queremos apoyar solo los proyectos realmente competitivos que están dando fruto o que muestran el potencial para hacerlo a través de resultados recientes, y que aspiran a mejorar la vida diaria de nuestros ciudadanos”. Un Premio Nacional de Investigación, como Jordi Bascompte, o un Príncipe de Asturias de Investigación, como José María Bermúdez de Castro, también han arremetido contra el ‘café para todos’.
Pese a lo intutitivo y lo extendido de la idea es posible que apostar por los mejores y abandonar a los no tan buenos sea un planteamiento erróneo. Eso es lo que afirman en un reciente artículo publicado en la revista PLOS Jean-Michel Fortin y David Currie, dos investigadores de la Universidad de Ottawa. “Sugerimos que es probable que las estrategias de financiación que se enfocan en la diversidad más que en la excelencia sean más productivas”, señalan.

Para llegar a esta conclusión, los autores tomaron como referencia cuatro formas de medir el impacto científico de un trabajo: el número de artículos publicados, el numero de citas que tuvieron esos artículos, el artículo más citado y el número de artículos citados con mucha frecuencia, todo durante un periodo de cuatro años y centrándose en tres disciplinas: biología animal integradora, química orgánica e inorgánica y evolución y ecología. Después, cruzaron esa información con la cantidad de dinero que recibieron de la NSERC, una agencia que financia la investigación en Canadá.

Sus resultados muestran que los investigadores que recibieron fondos adicionales de una segunda agencia, el CIHR, no fueron más productivos de media que los que solo fueron financiados por el primer organismo. El impacto por dólar fue inferior para los que obtuvieron subvenciones grandes, algo que, indican, “es inconsistente con la hipótesis de que las ayudas mayores producirán descubrimientos más grandes”. “Además, el impacto de los investigadores que vieron su financiación incrementada no aumentaron como sería previsible”, añaden.
Lo que hay detrás de los resultados de los científicos canadienses es la dificultad para predecir de dónde llegará un gran descubrimiento o cómo dirigir la financiación para que dé unos resultados concretos. Un ejemplo claro es la guerra contra el cáncer lanzada en EEUU hace ya cuarenta años. Pese a la concentración de financiación y esfuerzos, la capacidad para mejorar la efectividad de las terapias contra la enfermedad ha sido muy limitada.

El impacto se incrementa con la financiación, y los autores calcularon que el mejor artículo del científico con mayores ayudas atraerá un 58% más de citas. Sin embargo, explican los autores, como la relación entre financiación y publicaciones de alto impacto es muy variable, si se toman al azar dos investigadores con el mismo nivel de financiación, es muy probable que uno tenga publicaciones de mucho más impacto que el otro y eso hace que con frecuencia los investigadores con una financiación menor tengan mejores resultados que los ricos.
Según los cálculos que exponen en su artículo, uno de los investigadores con más fondos recibirá, de media, un 14% menos de citas que el mejor artículo de cualquier par de investigadores tomados al azar que entre los dos sumen la misma financiación que el anterior. Además, continúan, “dos ayudas pequeñas produjeron un 20% más de artículos de elevado impacto que una ayuda grande”. Por lo tanto, concluyen, si se trata de maximizar el impacto, como predecir si una investigación llegará o no a lograr sus objetivos tiene algo de lotería, sería más eficiente repartir las ayudas entre más grupos para que existan más posibilidades de que uno de ellos consiga un gran descubrimiento.

Diversificar para salvar a los jóvenes
“Este tipo de estudios es interesante porque uno de los problemas en muchos sistemas de financiación de la ciencia es que no hay un seguimientos para ver qué tipo de política ha tenido más éxito”, afirma Peter Klatt, investigador del CSIC con experiencia de gestión en el Gobierno y el CNIO. “El enfoque de los autores, que ven los resultados de la investigación como fruto del azar, es un poco extremo, porque yo confío en que grupos que tienen un cierto nivel de producción tienden a mantenerlo, al menos hasta que el grupo se desgasta o se pierde movilidad”, apunta. “Pero es verdad que para los gestores del Plan Nacional [que financia la ciencia en España] es difícil identificar talento y tratar de maximizar el número de grupos que puedes financiar para que haya más posibilidades de tener un gran éxito es un sistema que en España ha dado buen resultado” afirma Klatt. Sin embargo, reconoce, “para el siguiente salto hacen falta cantidades de dinero mayores, porque la investigación en biomedicina, por ejemplo, se ha vuelto tan cara que si no tienes financiación no puedes competir”, añade.
Si se reduce el número de grupos que se financian, se puede dejar fuera a jóvenes con potencial

Para Klatt, que puntualiza que ninguno de los dos extremos es bueno, en una situación de escasez de fondos como la actual, es peligroso optar por concentrar la financiación en los grupos que ya tienen éxito. “Igual es verdad que hasta ahora ha habido demasiados grupos, pero si reduces mucho el número de grupos que financias, va a haber gente joven que no tiene antecedentes y no va a tener posibilidades de investigar”, asevera. “A largo plazo, si no tienes una base amplia de gente preparada que además trabaje en temas variados, no vas a poder sustituir a los consolidados dentro de cinco o diez años cuando la gente se empiece a retirar”, agrega. “Además, los mejores grupos se financian sobre todo con proyectos internacionales. Si les quitas un 5% de lo que tengan de proyectos nacionales, les dolerá, pero podrán sobrevivir, algo que no pasará con los más jóvenes”.

Alberto Corsín, investigador del CSIC y director de la comisión de Humanidades y Ciencias Sociales de la ANEP (Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva), afirma que “casi por defecto” siente “adhesión por el argumento central del artículo” respecto a la diversificación de la inversión en ciencia. Sin embargo, considera que la investigación “metodológicamente, hace aguas”. Por un lado “medir el impacto en cuatro años es insuficiente, porque en materias como las matemáticas el tiempo medio en que una publicación hace visible su calado son doce años, y en humanidades, aún más”, asegura.

También considera errónea la asunción de que una evaluación se basa solo en el nivel de impacto de las publicaciones que se puedan esperar de un trabajo. “Un panel no se basa ni remotamente solo en el nivel de impacto, se discuten muchos otros factores como la interdisciplinariedad, cuántos jóvenes y cuántos mayores hay en un grupo, la internacionalización o la relevancia de la propuesta”, explica. “En las ciencias sociales, por ejemplo, al hilo del 15-M y las revoluciones digitales se puede considerar que es un tema candente que sería interesante que alguien estudiase ahora”, ejemplifica.

El mayor desafío al que se enfrenta la ciencia en los próximos años es el del ‘open science’
Sobre el debate en torno a la distribución de la inversión o la apuesta por la excelencia, Corsín afirma que cada país tiene su propia historia que explica distintas decisiones. “En España la estructura social de la comunidad científica tiene una serie de herencias y vicios del pasado que hay que corregir de a poco”, apunta. “En algunas disciplinas, el control está centralizado en muy pocos grupos de investigación; es una oligarquía que hace muy difícil la entrada de jóvenes con nuevas ideas y el ‘café para todos’ ha sido una manera para intentar romper esa oligarquía”, añade. “Pero ni el café para todos ni el café para tres funciona, porque hay que analizar dónde están las capacidades en cada disciplina y las capacidades del sistema”, concluye.

Retornando al valor del artículo de los investigadores canadienses, Corsín cree que tiene un problema de enfoque. “El mayor desafío al que se enfrenta la ciencia en los próximos años es el del open science: el conocimiento abierto”, explica. “En los próximos años vamos a ver que las métricas y la forma de la valorar la ciencia va a cambiar. Los grandes grupos industriales editoriales están siendo desplazados por otras publicaciones como PLoS ONE que están diseñando nuevas formas de valorar la ciencia, nuevos sistemas de circulación de la información, nuevos protocolos de generación de confianza, credibilidad y evidencias”, afirma. “En definitiva, estos investigadores, incluso aunque no tengamos en cuenta los errores del artículo, están dando una solución a un problema antiguo. Están dando ideas a los gestores con base en un sistema que se está cayendo”, concluye.

“Hay una deriva en la política científica en Europa de dar financiación a pocos proyectos muy grandes, que se ha copiado en España, y que ha sido muy negativa”, opina Luis Santamaría, investigador del CSIC y presidente de la Asociación para el Avance de la Ciencia y la Tecnología en España. Esas políticas, han reducido, según Santamaría, “la creatividad y el impacto a base de concentrar la financiación en proyectos que tienen mucha burocracia y en los que los evaluadores pueden no ser más creativos que los que proponen los proyectos”.
Lo mejor sería buscar un umbral mínimo y a partir de ahí diversificar la inversión
Desde el punto de vista del investigador, no obstante, también habría que evitar el café para todos porque hay un número muy elevado de profesores de universidad que no hacen ningún tipo de investigación. Lo ideal sería según él buscar un umbral mínimo y a partir de ahí diversificar la inversión. En este sentido, recuerda que el artículo de PLoS menciona el límite de 25.000 euros anuales como un límite inferior para poder obtener resultados y en los últimos tiempos hay programas del Plan Nacional de I+D que pueden no alcanzar ese mínimo.
Por último, Santamaría enfatiza la necesidad de hacer este tipo de estudios, “comparados en el tiempo y entre países y regiones con distintas filosofías” para poder valorar. “En el mundo de la gestión hay una resistencia a aceptar que las políticas son también un experimento y que no se puede predecir qué va a pasar. Se toma una decisión, influenciada por la ideología y luego se adaptan los datos a esa decisión”, concluye.

Carlos Muñoz, director del Instituto de Física Teórica, un centro galardonado con el distintivo de excelencia Severo Ochoa, plantea que “quizás estos estudios sirvan para países con larga tradición científica, que una vez establecida se estén centrando en optimizar los fondos, pero creo que el caso de España no encaja ahí”. España, continúa, “ha conseguido con mucho esfuerzo un razonable nivel científico, pero le falta dar un salto de calidad, la verdad es que no solo en ciencia sino en todo”. “Le faltan centros y proyectos de excelencia, como se pone de manifiesto en todas las estadísticas que se hacen por ejemplo de universidades, y le falta saber quienes son los mejores científicos y en que áreas están situados y a partir de ahí apoyarlos”, añade.

Respecto a la conclusión del artículo afirma que “ya no es el momento del café para todos. Eso estaba bien para alcanzar un nivel razonable científico, pero para pasar a otra etapa hace falta algo más”. No obstante, puntualiza que no se debe “descuidar la otra ciencia, porque no puede haber centros o investigadores muy buenos si no hay una masa crítica de científicos que los originen”.

En áreas como la secuenciación o las altas energías, la secuenciación no funcionaría
Por su parte, Emilio Muñoz, ex presidente del CSIC y uno de los diseñadores de las políticas científicas de los primeros años de la democracia, considera que este tipo de estudios son muy necesarios, aunque cree que, en parte, los dos investigadores “han analizado los datos de manera que defienden la inversión diversificada en sus áreas, y ahí tiene pleno sentido”. Sin embargo, “en áreas como la secuenciación o las altas energías esto no funcionaría”. Sobre la forma de equilibrar el apoyo a la investigación diversa y a la excelencia, Muñoz recuerda que en los ochenta ya dividieron la financiación con dos grandes objetivos, uno el apoyo a la investigación fundamental, más amplio, y otro centrado en cumplir objetivos estratégicos.

Aunque las opiniones son muy diversas, se alcanza un cierto consenso sobre la necesidad de estudios que traten de valorar qué estrategias de financiación funcionan mejor. El elevado coste de las evaluaciones de los resultados de las investigaciones una vez que se han finalizado hace que muchas veces los encargados de realizar la política científica actúen, en buena medida, a ciegas. La falta de financiación, agravada por los últimos años de recortes, dificultará aún más el objetivo de aplicar, como dicen los investigadores canadienses, el método científico al propio trabajo de los profesionales de la ciencia.

27 de junio de 2013

Crisis de Ciencia: Los ‘cerebros fugados’ ya no pertenecen a España

Un interesante artículo de Purificación López García, directora de investigación del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique) en Francia. Desde allí dirige un grupo de investigación sobre diversidad y evolución microbiana en el instituto de Ecologia, sistematica y evolución.

Original de EL PAÍS: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/06/24/actualidad/1372100145_735802.html

Soy española y trabajo como directora de investigación para el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS). Vine a Francia en enero de 1995 y, salvo por un periodo de retorno de apenas dos años a una universidad española que me desalentó por su nivel de endogamia, he desarrollado desde entonces mi actividad investigadora en este país, donde actualmente dirijo un grupo de investigación en la Unité d'Ecologie, Systématique et Evolution de la Université Paris-Sud. Hace unos días recibí un mensaje de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). En él, leí: “Me pongo en contacto contigo porque desde FECYT queremos poner en valor la ciencia española que se hace más allá de nuestras fronteras y reconocer así vuestros resultados científicos, en tu caso concreto, en Francia”. El mensaje seguía diciendo que, además, querían fomentar el establecimiento de redes de científicos españoles en el extranjero y me invitaban a participar en la divulgación de la ciencia y el establecimiento de una sociedad basada en la cultura del conocimiento, a facilitar colaboraciones entre los dos países y a ser portavoz de los investigadores españoles en el exterior.

Todo esto parece a priori muy loable, aunque confieso que no dejó de sorprenderme un cierto tono entre ingenuo y entrometido. Los científicos españoles en el extranjero somos ya suficientemente mayorcitos como para crear nuestras propias redes sin ayuda de algún burócrata de una administración repentinamente paternalista. De hecho, en el mundo científico éstas ya existen. Nuestra actividad implica hacer accesibles nuestros resultados a través de publicaciones, de comunicaciones en congresos y de internet. También me incomodó del mensaje un cierto regustillo nacionalista. En el mundo científico no hay (no debería haber) cabida para los nacionalismos. Las ideas científicas están por encima de las nacionalidades y de los individuos que las producimos. Pero, en fin, quizás era todo con buena intención. Pudiera ser.

Lo malo de la edad es que uno va perdiendo la inocencia y se va haciendo escéptico. Dice el refrán que uno sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena. Como cuando hace unos años recibí en mi domicilio francés una tarjeta sanitaria de la comunidad de Madrid (dirigida entonces por Esperanza Aguirre) que me permitía el acceso gratuito a la atención médica cuando estuviera de paso por mi antigua comunidad de origen. Tras el estupor inicial, la lógica se abrió paso: se avecinan elecciones y todo voto (incluso los ganados inmoralmente) cuenta. No me equivoqué. ¿Sería posible que el mensaje de la FECYT fuera interesado? Una segunda lectura no me deja duda. Releo: “Queremos poner en valor la ciencia española que se hace más allá de nuestras fronteras”. Ciencia española. Ah, resulta que este paternalismo que nos aparece de pronto por parte de las instituciones españolas es interesado. Yo, y como yo todos los científicos españoles que trabajan en el extranjero (me consta que algunos otros han recibido el mismo mensaje), nos hemos convertido por decreto en adalides de la marca España y, a través de nosotros, el estado español se apropia indebidamente de la ciencia que otros países financian.

Resulta irónico que el antiguo ministro de Ciencia y Tecnología Josep Piqué, del partido actualmente en el Gobierno, dijera en 2003 que había muchos más científicos extranjeros trabajando en España que españoles en el extranjero, enormidad que fue desmentida en una carta a la prestigiosa revista Science (4 abril 2003, vol. 300, p. 51) firmada por más de 2700 investigadores españoles en el extranjero. Ahora que el gobierno español ha decidido acabar con la investigación científica por asfixia y que, incluso para él, el panorama científico para los próximos años se anuncia desolador, de repente se acuerda de nosotros como de Santa Bárbara. Y como, en efecto, somos muchos los científicos españoles en el extranjero, qué solución más natural que confiscar el producto de nuestro trabajo fuera de España.

No, señores, no. Yo entiendo que en el pasado España invirtió mucho en nuestra formación, que nos dio becas para estudiar, para hacer una tesis e incluso para salir a hacer una estancia postdoctoral a otro país. Lo reconozco y, personalmente, lo agradezco. Lamentablemente, la política científica en España siempre ha sido errática y miope. Aunque ha habido algún intento de limitar la fuga definitiva de cerebros a través de ciertas iniciativas, como los famosos contratos Ramón y Cajal, éstas han sido, debido a esa política a muy corto plazo y sin continuidad, ineficaces, por no decir incluso perjudiciales. En efecto, muchos científicos con una posición en el extranjero que decidieron volver abandonándola y que consiguieron un contrato de reincorporación a pesar de la endogamia y de tantas otras dificultades, se encuentran ahora abocados a un nuevo exilio tras pasar cinco años en España. Esto ya no es fácil cuando uno no es tan joven, ha formado una familia y ha ido relajando los contactos en el exterior.

Sí, soy española y me solidarizo profundamente con mis conciudadanos, escandalizándome con el nivel de corrupción y de descaro (allí no dimite ni dios). Me solidarizo con mis colegas científicos que resisten con estoicismo ante el naufragio del sistema investigador. Me apena y me indigna la indiferencia y la ligereza con que se trata a la ciencia en ese país. En tiempos de crisis lo mejor que se podría hacer es invertir en ciencia y tecnología para encontrar soluciones innovadoras. En lugar de ello, no sólo no se invierte, sino que se están alcanzando niveles muy peligrosos de inanición que pueden llevar al colapso completo a los sistemas educativo y de investigación. Entonces España habrá dilapidado inútilmente todo el dinero invertido y todo el potencial intelectual exportado graciosamente en forma de fuga de cerebros. Lo lamento, pero ello no hace más lícito el intento por parte de las autoridades españolas de apropiarse del trabajo que hacemos los españoles en el extranjero.

La investigación que yo hago es internacional, pero si tuviera que ser de alguien, sería francesa y europea, pues son instituciones francesas y europeas, pero no españolas, quienes la hacen posible. La ciencia que hacemos los cerebros fugados ya no pertenece a España. Si España quiere enorgullecerse de su ciencia, que la financie.

4 de marzo de 2013

Nuevos Caminos en la Evolución Humana


NUEVOS CAMINOS EN LA EVOLUCIÓN HUMANA
Encuadrado en el ciclo de conferencias de Los Martes en el Museo (XII edición).
MUSEO DE ALBACETE
5 AL 14 DE MARZO, 2013
20 H.



Nuevos caminos en la evolución humana hace referencia a un enfoque dinámico de los estudios evolutivos, las conferencias no son una descripción de lo que fue la evolución del género Homo; si no que el estudio, contado por algunos de los autores más influyentes y más innovadores en la materia, se convierte en motivo de explicación y difusión.

El ciclo está conformado de manera que no sólo se presentan los hallazgos de los equipos investigadores, además nos muestran de primera mano las líneas de estudio más novedosas y prometedoras en el campo de la evolución humana. De este modo se ofrece una visión muy actualizada contada por los mismos artífices de los estudios de los aspectos anatómicos, el paleoambiente, los estudios de comportamiento y la genética de esos grupos humanos.

No cabe duda que los hallazgos habidos en la Península Ibérica han contribuido en gran manera a despertar la curiosidad e interés por las múltiples facetas asociadas a la evolución humana. Varios equipos de investigadores de gran prestigio, estudian desde hace años los aspectos más determinantes de este proceso evolutivo, algunos de los cuales se sintetizan en este ciclo de conferencias.



CONFERENCIAS:

5 de marzo
Dr. D. Juan Luís Arsuaga Ferreras
Director del Centro UCM-ISCIII de evolución y Comportamiento Humanos
El parto en la evolución humana

6 de marzo
Dr. D. Enrique Baquedano Pérez
Director Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid
La cooperación social cómo motor de la evolución humana

7 de marzo
Dr. D. Antonio Rosas González
Departamento de Paleobiología, Museo Nacional de Ciencias Naturales
Los fósiles del Sidrón: Canibalismo y evolución de los Neandertales

12 de marzo
Dr. D. José Miguel Carretero
Director del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos
Los homínidos de Atapuerca



13 de marzo
Dr. D. Carles Lalueza-Fox
Investigador del Institut de Biologia Evolutiva CSIC-UPF
ADN, genética y evolución

14 de marzo
Dra. Dña. María de los Ángeles Querol
Catedrática de Prehistoria, UCM
La mujer en los discursos sobre la evolución humana

DIRECCIÓN: Dr. D. Enrique Baquedano Pérez
COORDINACIÓN: D. Héctor Bolívar Sanz

ORGANIZACIÓN:
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Consejería de Educación, Cultura y Deportes
Asociación de Amigos del Museo de Albacete
Fundación Caja Rural, Global Caja

COLABORACIÓN:
Universidad de Castilla-La Mancha, Facultad de Medicina de Albacete

12 de enero de 2013

Retorna.org - Una idea en principio buena


Como mas de una vez he manifestado en este blog, el sistema de reciclaje de envases actual es un negocio muy bien montado. Las empresas de reciclaje y mas en concreto Ecoenbes constituyen un negocio redondo en lo que se refiere a su sostenibilidad, no medioambiental hablando, si no por que mientras sigamos delegando el reciclaje en estas empresas, les estaremos pagando por unos servicios deficitarios, ineficientes y completamente antiecológicos.

Hoy en día, los fabricantes pagan para que Ecoembes o Ecovidrio se hagan cargo de la recuperación de los envases que ponen en el mercado a través de los contenedores de distinto color. Según Ecoembes, en 2010 se reciclaron el 66% de los envases de plástico, papel y cartón, metal o briks que pagan el punto verde para ser recuperados (un 80% del papel, un 80% de los briks, un 70% de los metales y un 45% de los plásticos). Por su parte, Ecovidrio explica que el pasado año se reciclaron el 63% de las botellas, botes y tarros.  Sin embargo, la asociación Retorna pone en duda estas cifras. “El sector de los residuos es uno de los menos transparentes; en la basura casi lo más limpio es la basura”, asegura Domingo Jiménez Beltrán, presidente de Retorna y ex director de la Agencia Europea de Medio Ambiente, que considera que no se llega a reciclar el 40% de los envases que incluiría el SDDR.
Más concretamente, los últimos datos disponibles (2010) arrojan niveles de recogida selectiva muy bajos. Para el vidrio, se recogen selectivamente 709.997 toneladas de una producción de 1.513.658 lo que significa una recogida selectiva del 47%. Para el plástico las cifras son una recogida selectiva de 216.817 toneladas de una producción de 992.000 o un 22% de recogida selectiva. En el caso de los metales la situación es todavía peor, situándose la recogida selectiva en 67.889 toneladas de las 342.850 producidas: un 20% de recogida selectiva. En total, se recogen selectivamente cerca del 35% de los envases de plástico, vidrio o metálicos.



Lo que viene a señalar esto es el gigantesco pastel del recicjale de envases, que en nuestro país se cifra en unos 500 millones al año. Este dinero lo pagan los consumidores (todos, consumas latas, bolsas de plástico o no) y va destinado a entes de gestión privados con escaso control público.

Además, queda clara la opacidad de la actual gestión. ¿Cuánto cobran los productores? ¿Cuántos envases se reciclan en realidad? Ecoembes sitúa a España en el nivel exigido por Europa, pero los grupos ecologistas han pedido a la UE que investigue las cifras porque no le cuadran los datos.


Otro de los detalles es la "propiedad" de los contenedores amarillos (esos mismos que ocupan un espacio público, normalmente plazas de aparcamiento municipal, y que estan exentos de tasas por su colocación). La norma de que se puede poner en el contenedor amarillo y que no, no responde a otro criterio mas que "si me pagas el canon, 'reciclo' tus desechos" establecido por Ecoembes. De hecho los envasadores no pagan mas que por los envases que ellos mismos autorizan a meter al contenedor amarillo, es decir, Coca-cola sólo paga por la lata, ni por los plásticos que las recojen en packs de 6, ni por el que las envuelve, ni por cartones de embalado, etc...

¿Que propone retorna?

Retorna es una iniciativa sin ánimo de lucro integrada por la industria del reciclado, ONG ambientales, sindicatos y asociaciones de consumidores. Trabaja para mejorar el sistema actual de recogida de residuos de envases(contenedor amarillo y verde), que no reutiliza y recicla deficientemente. 
Dentro de su objetivo de Residuo Cero y como primera etapa, Retorna busca reducir al máximo la generación de residuos implantando un Sistema de Retorno de Envases parecido al que usábamos cuando “devolvíamos el casco a la tienda”. Esta práctica funcionó en España hasta los años 80 y, actualmente, se aplica con éxito en más de 40 países y regiones del mundo como Australia, Alemania, países nórdicos, California o Nueva York entre otros.


Retorna es una asociación en la que participan grupos ecologistas como Greenpeace, Ecologistas en Acción o Amigos de la Tierra, el sindicato CCOO, la organización de consumidores CECU o empresas del sector de residuos de Cataluña. Además, esta asociación no oculta que cuenta con el respaldo económico de fabricantes de máquinas de recogida de envases, como el grupo noruego Tomra.

Está por ver, pero parece que estas asociaciones han tomado la iniciativa de destapar el sucio negocio del reciclaje en España, y veremos si pueden llegar a cambiar la situación. Por mi parte y tras lo que conozco de la gestión de residuos me adhiero a su iniciativa.

Para mas información, visitad la web de Retorna.org

8 de enero de 2013

Resulucion de rechazo a la Homeopatía y las Pseudociencias

Me parece importante la resolución que presentó el psicologo canario Eparquio Delgado durante la X Asamblea Federal de Izquierda Unida.



Además recomiendo leer la entrada del autor de la resolución dónde expone sus motivos, sus argumentos a favor, los que recibió en contra y por qué no decidió contentarse con aceptar el "ya lo estudiaremos" que le proponian algunos miembros de la federación: http://www.eparquiodelgado.com/index.php/cronica-de-la-razon-practica/


La resolución se puede leer en los siguientes párrafos:

RESOLUCIÓN DE RECHAZO A LA HOMEOPATÍA Y LAS TERAPIAS PSEUDOCIENTÍFICAS



El actual crecimiento de las llamadas “terapias alternativas” en nuestra sociedad pone en peligro la salud de las personas y acapara fondos que deberían ser destinados a garantizar el derecho a la salud de todos y todas.


Un ejemplo es el número creciente de médicos y farmacias que distribuyen homeopatía. Aunque esta terapia se basa en principios no científicos y su eficacia no ha sido demostrada, la industria de la homeopatía va ganando terreno en la sociedad y en las universidades, y comienza a exigir que sus supuestos tratamientos sean financiados por la sanidad pública.


Hace un año el Ministerio de Sanidad publicó el primer documento de análisis de situación de las terapias naturales. Analizaba 139 terapias como homeopatía, naturopatía, medicina tradicional china, acupuntura, ayurveda, osteopatía, quiropraxia, quiromasaje, drenaje linfático, reflexología, shiatsu, aromaterapia… Su conclusión era que no hay evidencia científica de su eficacia y que “si bien en la mayoría de los casos estas terapias son inocuas, no están completamente exentas de riesgos”.


Izquierda Unida debe defender exclusivamente aquellas prácticas sanitarias basadas en el conocimiento empírico, demostrado y demostrable. Una sanidad de calidad se fundamenta en el método científico y en la evidencia. Son la ciencia y el conocimiento a través del método científico los que han conseguido que la esperanza de vida haya pasado de los 35 a los 80 años en tan sólo un siglo, erradicando enfermedades que han provocado millones de muertos a lo largo de la historia.


Izquierda Unida es una organización de progreso. Apoyamos la inversión en investigación científica y los procedimientos dirigidos a promover y proteger la salud basados en el conocimiento y la evidencia, y rechazamos aquellos fundamentados en principios esotéricos o mágicos como la homeopatía, la acupuntura, las Flores de Bach o el Reiki, entre otros.


Por todas estas consideraciones, y atendiendo a la especial relevancia de unas políticas efectivas para proteger y promover la salud de las personas, la X Asamblea Federal de Izquierda Unida propone que se apruebe la siguiente


RESOLUCIÓN


1. Izquierda Unida apuesta por la defensa de la salud a partir de tratamientos basados en la evidencia y la promoción del bienestar físico, mental y social de las personas.
2. Izquierda Unida rechaza aquellas propuestas terapéuticas que no han demostrado ser eficaces para las diferentes enfermedades o trastornos hasta que existan pruebas sólidas que demuestren esta eficacia, como ocurre hasta este momento con la homeopatía, la acupuntura y otras terapias pseudocientíficas.
3. Izquierda Unida propone que los poderes públicos promuevan la educación y formación de los consumidores en materia de salud, y regulen de manera efectiva la publicidad engañosa de cualquier procedimiento supuestamente terapéutico que no cuente con evidencias suficientes sobre su eficacia.
4. Izquierda Unida rechaza que se incluya en el sistema sanitario público ninguna práctica médica o medicamento que no haya demostrado su eficacia según criterios exclusivamente científicos. Igualmente, rechaza que se financie con dinero público a instituciones que promueven la difusión y divulgación de procedimientos terapéuticos pseudocientíficos que confunden a la ciudadanía y ponen en peligro su salud.